domingo, 3 de enero de 2010

FAROS ILUMINADOS

Transformado en fuego presente
el recuerdo
es la vida:
acechada morada
por el tiempo que huye
y el instante que llega.

Vivo el momento haciéndome candela
y no me callo.
Soy una vida que muere
y deja atrás la memoria.
Soy un delicado hilo enredándose a sí mismo.
Soy la parte interior de una maraña.
Soy el alma oculta en una manzana.

Reconozco
la soledad y su preciso rasguño,
la visitación del silencio,
el grito dormido que restalla en la marea nocturna.

Hablo
de una serpentina enigmática
del tiempo
que ya se ensombrece
en el desvarío de signos zodiacales.

Los ojos que de niño encendidos de utopías
contemplaron vuelo de pájaros celestes,
ahora atardecen entre sombras que circundan
el recinto de Huantille.

Y
cuando la Luna creciente se cobija en artes de evocación,
no se quiebran los recuerdos
ante el fuerte oleaje de mar.

Los privilegiados sentires
se mantienen finamente hilados
en arco de flores
inaugurados en la memoria
del Sol.
CARLOS ZÚÑIGA SEGURA

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