domingo, 3 de enero de 2010

TATUAJES

A María, siempre.
Pesan los años
y está distante la luz.

Ahora todo es más difícil,
pero estamos juntos,
mi amor.

Agradezco tu presencia
cada vez que extiende
mi cuerpo sus heridas
y me hablas
de la rosa o de la espuma.

Tus vibraciones tienen sangre
que adiestrada gorgotea
cuando las lágrimas se asoman
bajo relinchos de realidad.

A tu lado
son límpidas las noches.
Y nos regalan los dioses
pequeñas tinajas llenas
de sortilegios lunares, para cuando
el silencio parezca olvido,
o el viento esconda voces
en vastos reinos de bruma.
Aquí, en Magdalena del Mar,
hemos sembrado oraciones.
en el desvelo del exilio
otras en la llaga del mundo como exaltación
de nuestro amor, hecho hoguera encantatoria.

Yo
que no pude darte las cosas que soñamos
y no supe bailar salsa ni merengue,
por ventura de mi suerte
con alguna habilidad desconocida
he grabado tu nombre
en la simetría irrefutable de un canto
de uno de aquellos que el dios del amor
entona cada mañana
atizando su fuego eterno a la vida.
CARLOS ZÚÑIGA SEGURA

No hay comentarios:

Publicar un comentario